La película fracasa desde el primer momento. A pesar de que Marvel tiene los recursos para reunir a los mejores actores, ha optado por algunos de los guiones más mediocres que existen.
No es completamente inquietante, pero tiene momentos de entretenimiento. La trama presenta fallos notables, y el espectador necesita ser muy indulgente para ignorar las inconsistencias.
Falla al mostrar el trauma de la protagonista y con eso pierde la chance de que nos importe todo lo demás. Un tema con el cuál es tan fácil conectar, resulta irrelevante, no importa los giros que aporte en la segunda mitad del largometraje.
Es una historia basada en hechos reales que sigue siendo relevante. Incluso para aquellos que no deseen explorar más allá de la miniserie, como ficción se sostiene por sí misma. Ofrece tensión, drama, y actúa como un thriller y una crítica social.
Es más que una simple edición extendida de la película. No repite lo familiar, sino que aporta una perspectiva fresca y sorprendente. Definitivamente vale la pena explorar qué sorpresas aguardan en el vasto paisaje australiano.
Nueve episodios pueden parecer excesivos, pero al explorar el lado oscuro de la juventud antes del asesinato, se crea una narrativa más compleja para el drama, independientemente de la veracidad de los relatos.
Más allá de la cuidada dirección, esta historia carece de elementos que la hagan destacar o impactar. Hacer cine es más complicado que crear miniseries, y los resultados lo reflejan.
La miniserie presenta ganchos interesantes entre sus episodios y mantiene un ritmo razonable. Sin embargo, se desvíe demasiado en la trama, lo que afecta la credibilidad de la historia, incluso considerando el estilo particular de este tipo de narrativas.
Varias escenas de acción están excelentemente elaboradas, lo que destaca la habilidad del cineasta. Sus enfoques extravagantes son inherentes a su estilo y es un acierto que haya optado por mantenerlos en esta ocasión.
Ni los actores brillan en sus papeles ni el guion tiene una finalidad clara. A medida que avanza la miniserie, se siente que solo se busca complicar la trama sin razón alguna, elevando las situaciones a extremos absurdos.
La calidad del drama romántico más elemental sigue siendo un constante, perpetuando los clichés de las novelas rosas. Además, intenta llevar a cabo un análisis histórico que resulta ser bastante superficial, muy al estilo de las producciones de Netflix.
Si la suerte de una miniserie se decide en su primer episodio, este logra crear una tensión excepcional, respaldada por un elenco principal impresionante y varios actores secundarios de gran calidad.
Es solo un aperitivo optimista y emocionante que sirve para este momento. Merecerían, Messi y la selección, un documental más complejo en algún momento.
Ttiene todo lo que puede ofrecer un western. Tiene la belleza incomparable de los paisajes de Estados Unidos, esos que enamoraron a generaciones y aun lo siguen haciendo.
La película navega entre sus ideales y la pura diversión, ofreciendo una narración fluida y unos hermosos dibujos. Cumple con la cultura al mismo tiempo que brinda un entretenimiento extraordinario.
El documental sigue al pie de la letra la línea del Vaticano, sin dejar espacio para excepciones, aunque presenta una premisa intrigante que tiene potencial para ser explorada.