Es asombroso como la elección de un protagonista termina de hundir a un proyecto, o directamente le impide remontar vuelto. No es que Pattinson no pueda actuar, sino que simplemente este no era un papel para él.
Para los niños, esta película tiene su encanto, aunque no ofrece mucho más. La animación del perro deja que desear en las escenas pequeñas, resultando solo aceptable en su versión gigante.
Cuando el elemento principal es la sorpresa y el giro inesperado, la experiencia se torna monótona y predecible. De mil bromas, solo una realmente destaca, y es en esos momentos donde la acción realmente cobra vida.
El guión carece de profundidad y presenta numerosas fallas. Hay situaciones que resultan llamativas por su deficiente resolución y otras que carecen de lógica, lo que resulta evidente incluso para los espectadores más desprevenidos.
La serie fluctúa en su tono y en ocasiones se siente desorientada. Ocho episodios pueden resultar excesivos. A pesar de que hay instantes que evoca lo familiar y lo predecible, eso no le resta capacidad para sostener el misterio.
No se trata de un nuevo clásico, sino de una película de acción efectiva y en ocasiones original. Se aprecia el talento de John Woo, quien continúa mostrando su estilo distintivo y es capaz de crear escenas con gran elegancia.
Aun como entretenimiento, 'El reino' resulta tediosa y poco atractiva. Sería interesante que alguien que vea la segunda temporada comparta cómo continúa la trama.
Por todo, y por su hermosa canción de apertura, 'Servidor del pueblo' es una serie que vale la pena ver. Veremos cómo sigue la historia fuera de la pantalla.
Los fanáticos del género disfrutarán más esta película, ya que les permitirá reflexionar sobre sus desaciertos y recordar cómo otras cintas similares lograron un mayor éxito.
La calidad actoral realza la historia, aunque esta se encuentra limitada en ciertos aspectos. Si bien es superior a la media, no alcanza el nivel de los grandes referentes del género de terror.
'El último exorcismo parte 2' tiene un destino muy diferente a su antecesora y muchas posibilidades de que, incluso por su título, nadie recuerde que alguna vez se hizo una segunda parte.
La película acaba por dejar de lado sus elementos innovadores y se adentra en el terreno de lo convencional. No se trata de una falta de esfuerzo, sino de lo complejo que es explorar sendas tan utilizadas y elevar el resultado final.
El potencial era extraordinario, el resultado es lamentable. Es una película mediocre, pero sabiendo como son los dos títulos anteriores, es realmente un insulto.
La historia abraza su propia locura, manteniendo el humor negro de la original y presentando giros inesperados. Todo es extremo y carente de lógica, pero esa locura se convierte en un elemento tan cautivador que la distingue de otras películas del mismo género.
La película despierta tanto curiosidad como tensión, pero en ningún momento se siente como un producto de baja calidad o con intenciones mercantilistas. Posee una dignidad notable y un respeto por el clásico que va más allá de cualquier simple promesa.
Esta película logra capturar de manera impresionante la verdadera honestidad del ser humano. Es una excelente obra que refleja profundos valores y emociones, magistralmente dirigida por Clint Eastwood.