Para quienes aman el humor en el sentido más puro del término, 'South Park: Post-Covid' es un alivio en medio de estos tiempos imposibles que muchos no quieren que mejoren más.
Es posible que al ser tan breve no se nos suministre toda la información necesaria. Pero alcanza con observarlos para maravillarse con su presencia majestuosa.
Es inferior a '¡Huye!' y 'Nosotros' ya que es más pretenciosa, aunque más entretenida. Sin embargo, a pesar de su ambición, resulta notablemente más banal y menos compleja. Presenta algunas buenas escenas, pero su resolución deja mucho que desear.
La serie presenta varios elementos que la distancian notablemente de 'Rey Tigre'. En primer lugar, el abuso sexual, comprensiblemente, impide que la narrativa cuente con el humor desenfrenado e irresponsable característico del documental sobre Joe Exotic.
La película adolece de una notable falta de convicción, posiblemente porque debe explorar ideas religiosas en combinación con realismo cinematográfico contemporáneo. De dicha tensión la película no sale bien parada y el cine en general tampoco.
Una película breve que presenta un conjunto de escenas memorables. Es una pequeña joya que está preparada para ser redescubierta por audiencias de todas partes.
Es un monstruo gigante que expresa los sueños más alocados de la industria del cine, sus estrellas y su representación del poder y la pasión a lo largo de la historia de la humanidad.
Un par de buenos chistes destacan y es complicado resistirse a la interpretación de "Walk Like an Egyptian" por parte de Bangles. Sin embargo, incluso esta canción merecía formar parte de una película de mejor calidad.
Es un buen espectáculo y es a la vez una descripción demoledora y amarga de lo que allí se vivió. La mezcla de espectáculo y crítica la hace atractiva.
Chazelle no parece comprender plenamente su amor por el cine, y esta falta de claridad se hace evidente. La película no rinde homenaje al séptimo arte; en cambio, presenta un retrato de la locura que experimenta un grupo de personas por ser parte de él.
Toda la película es un homenaje a esas pioneras, pero además es un entretenimiento genuino, con ideas fantásticas que ojalá se replicaran en más filmes. No se trata de una bajada de línea, sino de una convicción firme.
Estéticamente cuidada y con actuaciones contenidas, la película presenta algunas resoluciones ingeniosas. Sin embargo, en su conjunto, se siente demasiado distante para tratar un tema que debería estar cargado de tensión y drama.
No pretende más que lo que siempre buscó y consigue su objetivo de forma impecable. Sus personajes siguen siendo adorables, incluso aquellos que nos generan algo de rechazo. Son parte de una gran familia que siempre queremos volver a ver.
Branagh utiliza recursos estéticos que oscilan entre lo magnífico y lo superfluo, lo que hace que la película resulte desigual en varios aspectos. Sin embargo, el director busca sorprender al espectador y logra que las modificaciones en el guión contribuyan a que la trama sea más disfrutable.
En esta nueva versión se echa de menos la música, el elenco no brilla de manera notable y todo da la impresión de ser de bajo presupuesto con conceptos desgastados. No hay ni una sola escena digna de mención ni ningún hallazgo estético que salvar.
No logra marcar una diferencia que la convierta en un clásico, esos detalles que marcan la calidad que perdura. Dos o tres escenas la llevan hacia el cine de espías, pero tarda en llegar a ellas.