Una farsa de fumetas estilosa y suntuosamente divertida que tiene menos en común con 'El gran Lebowski' que con la tensión fatalista de los noirs setenteros de California. Extraña, deshilvanada y totalmente deliciosa.
Al igual que hizo 'La vita è bella' antes, yuxtapone imágenes horribles de tortura y humillación con optimismo pegajoso y piensa que está diciendo algo profundo sobre la resistencia humana en el proceso.
Los espíritus de los maestros del género ochentero como John Carpenter, Walter Hill y William Lusting planean fuertemente sobre 'Cold in July', una pieza sublime de pulp fiction texana.
En términos cinematográficos y narrativos, es un trabajo destinado a estudiarse en las escuelas de cine en el futuro. No tiene ni un solo momento falso. Y luego está Bardem.
Mientras Egoyan y su equipo merecen reconocimiento por manejar con cuidado un material que podría haber encajado en una película de terror intenso, el resultado final se siente como una propuesta densa y poco inspiradora.
Un slalom a través de los estimulantes agujeros espacio-temporales de la gran imaginación de Christopher Nolan, que es a la vez el sueño febril de un friki de la ciencia y la formidable reflexión sobre lo que nos hace humanos.
Incluso en los momentos más ridículos de la película, Collet-Serra consigue mantener un ritmo ágil y desviar nuestra atención con acertados toques de humor.
Como otras tantas 'extraordinarias' historias verdaderas, el primer largometraje del director británico Richard Raymond te deja anhelando más verdad y menos [sensación] de enlatado ejemplo a seguir.
Demasiado larga y pesada, y ni siquiera la mitad de divertida de lo que debería haber sido, 'The Equalizer' aún recibe una gran cantidad de gas gracias a la indiscutible presencia de estrella de Washington.
A veces se presenta como una profunda reflexión, mientras que en otras ocasiones parece una producción comercial cargada de emoción. 'Million Dollar Arm' combina estas dos facetas de manera efectiva, apoyándose en instintos acertados y un elenco talentoso.
Comienza con una fidelidad servil a su predecesora de los 70, para luego machacar a los espectadores con una sucesión adormecedora de montajes de choque y efectos de terror exagerados.