Nada es más peligroso que una secuela de una película extremadamente exitosa, ya que sus creadores deben cuidar la franquicia, lo que conlleva a respetar la fórmula original casi como si fuera una solución mágica.
El bello guion de Lucas y un trío de interpretaciones de primera categoría sostienen el material con una urgencia intermitente que corta la respiración.
Carruth crea una maravilla doméstica con los materiales que tiene. Como acertijo, 'Primer' gana poder seductor al dejar la solución lejos de nuestro alcance.
Parece más un ingenioso corto de estudiante que se le fue de las manos que la pesadilla kafkiana que probablemente pretendía el director Greg Harrison.
La verdadera innovación no requiere de nada sofisticado. Lo remarcable de 'Pi' es que su estilo personal, sin nada que perder, era evidente desde el principio.
Parece un esbozo crudo de la gran carrera que vendría después. Una versión aceptable de la comedia indie en la que varias personas quedan en un apartamento de Brooklyn.
Aunque Van Sant ya tenía un estilo brillante desde sus inicios, la soltura de road-movie de 'My Own Private Idaho' le dio una oportunidad de expresarse como nunca antes.
No es una película perfecta, pero posee una energía vibrante y resulta muy entretenida. Además, se dirige sin reparos a la juventud actual con una efectividad impresionante, al igual que clásicos como 'A Clockwork Orange' o 'If....'.