No es particularmente graciosa, sin embargo, cumple su función como una farsa. Logra transmitir efectivamente una serie de eventos que, desde una perspectiva externa, pueden parecer desordenados y caóticos.
Quizá sea un thriller carente de originalidad, pero en tiempos donde la atención a los detalles es escasa, su efectividad y ritmo se destacan como características poco habituales.
Es un sólido vínculo entre dos distintas tradiciones cinematográficas. Presenta una abundancia de elementos comunes que se pueden encontrar en otras obras de Van Damme.
Si la película hubiera estado realmente inspirada en las historias de Asimov, Proyas podría haber creado una obra con mayor profundidad intelectual, similar a su aclamada película de culto 'Dark City'.
Tan magistralmente controlada que su dominio parece extenderse hasta el cielo. Pocos directores pueden conseguir ese nivel de perfección a una escala tan inmensa.
Su lógica interna se me escapó en el primer visionado, pero Maury y Bustillo lo compensan con el salvajismo y las vísceras que han llegado a definir el nuevo terror francés.
Las tramas complejas y los personajes profundamente desarrollados de Fontana exploran cada faceta de la vida carcelaria, transmitiendo una intensidad y un nivel de detalle que se sienten muy reales.
Kalatozov, a través de su enfoque visual, logra comunicar de forma más impactante con movimientos de cámara fluidos y juegos de luz, superando la capacidad expresiva de las palabras.
Básicamente estamos ante un anuncio de reclutamiento militar. En el clima político actual, su falta de sustancia debe ser considerada como un acto de insubordinación.