Lejos de representar un cambio significativo en el cine lésbico, esta película presenta una sensibilidad 'queer' que se aleja notablemente de la propuesta de 'Will & Grace'.
Se mantiene fiel al espíritu del original de Rohmer, abordando con honestidad las incertidumbres de sentar la cabeza y las tentaciones que acechan incluso a los matrimonios más estables.
Koreeda posee una habilidad única para retratar la vida tal como se vive, creando a partir de escenas sencillas y cotidianas una profunda reflexión acerca de la frustración e impotencia de intentar expresar lo que resulta inefable.