A pesar de ser un «exploit» sin atractivo, se plantea la posibilidad de una secuela. Al juntar ciertas características, se revela que «Horror Park» es verdaderamente un desastre.
A veces parece que Dutta tiene buenas ideas, pero la manera abrupta en que concluye algunas escenas o la excesiva prolongación de otras afecta la efectividad de la narrativa. Además, el aspecto de terror es prácticamente inexistente.
Obra maestra indiscutible un hermoso drama coral de tres horas que pasan en un respiro. No hay grandes catarsis, aunque la película va creciendo a combustión lenta y, sin saberlo, te atrapa en sus misterios.
En 'Los ojos de Julia' se encuentran dos experiencias cinematográficas opuestas: una se apega a una fórmula predecible, mientras que la otra se sumerge en el caos. En resumen, la película carece de enfoque y parece no tener conciencia de su propia exageración.
Retrata la Turquía del régimen de Erdogan como un auténtico infierno polanskiano. Puede perder a buena parte de su público potencial al maltratarlo con humillaciones, pesadillas y golpes de efecto sonoros.
A pesar de la calidad narrativa de la película, parece que Carrère no logra manejar adecuadamente el síndrome de la impostura, un tema que trató con gran éxito en obras como “El adversario”.
Sonia Braga brilla en su papel, creando una conexión perfecta con el mundo que la rodea. Su presencia es cautivadora, y cada gesto, cada palabra y su interacción con el entorno son verdaderamente encantadores.
El director suizo tiene la habilidad de construir un universo a partir de la tensión entre opuestos. Sin embargo, en ocasiones, la película, llena de vitalidad y energía, puede verse afectada por la claridad de su mensaje moral.
La primera parte es excepcional, pero en su segunda mitad pierde fuerza. Audiard opta por recursos de melodrama poco sofisticados y, en ciertos momentos, recuerda a un Iñárritu en sus días menos inspirados.
El intento de añadir profundidad dramática a un secreto se siente fallido, especialmente cuando se revela al final. Además, las interacciones entre Farrell y Lee resultan casi cómicas, lo que resta seriedad a la trama.
La actuación del trío principal es impresionante. Sin embargo, la película intenta mostrar la posibilidad de una conexión entre la tradición y la libertad personal, pero no logra evitar la carga de sus ideas.
Tres impresionantes secuencias de acción en Londres, Tánger y Nueva York, cada una como una sinfonía magistral. Estas escenas son auténticas lecciones de montaje y dirección, que superan el argumento gracias a su brillante manejo del espacio y del tiempo.
El despilfarro digital de esta catástrofe no logra camuflar lo inenarrable de sus interpretaciones, lo absurdo de su trama, lo patético de sus diálogos.
El retrato que hace Gordon-Levitt de este cachas con corazón genera una conexión emocional y solidaria. Sin embargo, su inclinación hacia una moraleja reaccionaria puede ser un punto negativo.
La cuidadosa reconstrucción histórica de la agonía del rey se acompaña de una deconstrucción del mito en un enfoque dual. Esta obra presenta de manera elegante la intersección entre la Historia y la leyenda, así como la relación entre la vida y el cine.
Condensa demasiado la presentación de personajes, y es imposible llegar a sentir ni un átomo de simpatía por ellos. Juega a no dar explicaciones, pero su opacidad quiere disimular una cierta sensación de impotencia.