Aunque a veces parezca que 'El lazo blanco' está a punto de ser víctima de la rígida coherencia de su planteamiento, Haneke conduce con mano firme al espectador a la inmersión en un mundo de rabia, represión, mentiras y ocultaciones.
Es un western atípico: mientras que el plano general se presenta claramente, Scorsese se enfoca en los detalles. Es natural que la puesta en escena esté impregnada de la intimidad y la importancia de la palabra.
A veces presenta una desvergüenza propia de los culebrones que resulta verdaderamente sorprendente. Lo más negativo es la superficialidad, el decorativismo, la incoherencia en la narrativa y la falta de consistencia en los personajes.
En «Padre Pio» se entrelazan dos narrativas: la búsqueda de redención personal y una dramatización de un suceso histórico. Ambas tramas chocan entre sí, pero el desenlace, como suele ocurrir en las obras del director, revela una singularidad extrema.
Cansina adopta las formas de un melodrama del siglo XIX, con ambiciones viscontinianas, pero termina sumergiéndose en las aguas del ‘europudding’ catatónico. Las escenas son melancólicas y carecen de fluidez.
Simplifica la complejidad de la metamorfosis para que el público de multisalas pueda aceptar algo que, desgraciadamente, sigue siendo un tabú. Es una historia real, aunque condensada hasta dejarla en los huesos. Vikander se come a Redmayne con patatas.
Brillante interpretación de Catherine Frot. La película aborda demasiados temas y, aunque la dirección de Giannoli no capta completamente la excentricidad de su heroína, vale la pena escucharla cantar hasta el final.
El problema radica en el glamour que envuelve sus imágenes, embelleciendo una película que debería haber adoptado un enfoque más sórdido. Además, le sobran toneladas de profesionalismo.
Es refrescante que el director de 'Bajo la arena' aborde una premisa relacionada con el discurso del #metoo, restándole importancia al asunto. La película se divierte al mostrar que la vida es un puro teatro.
Un café cortado. Una pena que la trama resulte flácida y perezosa cuando en realidad pretende evocar el fatalismo romántico de la literatura de Scott Fitzgerald.
La película actúa como una desmitificación de Eisenstein, retratándolo casi como un sosias de Harpo Marx. Esto se debe a que Greenaway tiene un profundo conocimiento de su obra y la admira casi tanto como a sí mismo.
¿Cuál es la ética de 'El Gran Hotel Budapest'? Acaso demostrar que el pasado nos reinventa, y que recordarlo, con todas sus luces y sombras, ha de ser una experiencia deliciosa.
En las entrañas de 'El discurso del rey' duerme una película muy estimulante. La dimensión sociohistórica del filme no acaba de cuajar con la profundidad que debería.
Hay algo admirable en “Oppenheimer”, que es su condición de anti-blockbuster veraniego. Se echa de menos capacidad de síntesis, menos solemnidad y más desarrollo de los personajes femeninos.