Bien ejecutada. La película impacta con sus escenas violentas y sangrientas, aunque en esencia se presenta como un entretenimiento que fluye de manera efectiva.
Su representación de los lazos en una familia de varias generaciones y su afecto robusto y constante hacia los ancianos y los que están al borde de la muerte resulta conmovedora.
Las sólidas interpretaciones de Scott Mechlowicz como Millman y Nick Nolte como el mecánico misterioso que cambia su vida la convierten en un drama efectivo.
Sus reflexiones sobre la desconexión que abren las tecnologías son bastante comunes, sin embargo, sus sutiles interpretaciones logran captar la verdad emocional detrás de cada mirada pixelada.
Esta película presenta algunas observaciones intrigantes, aunque no profundiza lo suficiente, limitándose a disfrutar del asombro que genera, lo cual es bastante notable.
Desplechin presenta una sólida perspectiva al afirmar que la pantalla es un espacio donde la realidad, transformada, brilla con significado. Esta propuesta se ve reflejada en su astuta combinación de narrativa y no ficción.
La habilidad de la dirección de Mann y la conexión entre Chris Hemsworth y Tang Wei elevan los aspectos más comunes y a veces poco atractivos de la trama.
No es sencillo de asimilar, ya que presenta una narrativa austera que desafía la paciencia. Se trata de un thriller escaso en trama y que deja muchas preguntas sin respuesta; resulta realmente inquietante.
Bette Gordon aborda temas de criminalidad, responsabilidad y redención en 'The Drowning', mostrando una gran comprensión de los personajes y su entorno. Sin embargo, hay que mencionar que hay ciertos aspectos del guion que quedan sin resolver.
Una obra poco memorable que ofrece algunas predecibles pinceladas románticas y relacionadas con el sector inmobiliario, todo mezclado en una receta bien definida.