Los mejores elementos de esta película, que no añade nada nuevo al subgénero, son su fotografía atmosférica manchada de carmín y la caracterización del Sr. Ferdinando como un arrogante ladrón de doble cara.
Una vez que la película comienza, la intensidad y los efectos visuales dominan. Las secuencias de acción, sobre todo las persecuciones en moto por los pasillos de mármol gubernamentales, son impactantes y emocionantes.
Pintoresca pero superficial. La estructura resulta tan impredecible que, en lugar de enriquecer el diálogo, logra que las voces se cancelen mutuamente.
Un thriller que comienza con un enfoque serio y repleto de giros, pero que a medida que avanza se torna cada vez más absurdo, desviándose de la idea central que le dio origen.
Los principales placeres de este fiasco de modales suaves residen en ver a dos actores cómicos con recursos pasar por sus pasos como los profesionales que son.
La dirección de Woodley en esta road movie oscila entre la seriedad y lo absurdo. Si bien el inicio es cautivador, la película pierde fuerza cuando los protagonistas hacen una parada en Nashville.
Tendrías que rebuscar mucho para encontrar unos amantes cinematográficos con menos química romántica que Pierce Brosnan y Salma Hayek. Un travieso atraco de joyas tan recauchutado que parece una versión de una versión.
Cuando Bob Rafelson opta por ser provocador, lo hace con firmeza. A pesar de ciertos altibajos, la película tiene tanta coherencia como 'The Big Sleep'.
Es demasiado difusa como para tener sentido a modo de sátira política. Aunque algunos de sus aspectos son muy interesantes, ninguno logra tener continuidad.
En un futuro Los Ángeles, un grupo de talentosos jóvenes navega por la ciudad en scooters voladores. Su inquebrantable alegría los hace parecer casi artificiales, contrastando con la amenaza del loco salvador cibernético que busca acabar con ellos.
'Korengal' es una profunda meditación conjunta sobre la experiencia militar, presentada por aquellos que vivieron en el campo de batalla. Esta obra va más allá de ser un simple compendio de escenas de la película anterior.
En 'We Were Here' no se encuentra sensiblería ni autocompasión. La humildad, la sabiduría y el dolor presente en la narrativa aportan un sentido de espiritualidad y gracia a la obra.