Wright y la guionista Deborah Moggach han logrado, en dos horas, una combinación de romance, historia y sátira social que resulta sumamente satisfactoria y vibrante.
Esta descuidada y distraída 'Premonición' es un paso atrás de gigante para Miss Bullock, pues hacia el último tercio de la película abandona la subtrama psicológica para convertirse en un melodrama.
Los eventos que tienen lugar en las dos primeras horas serán reconocibles para quienes siguieron las noticias en esos días iniciales. Sin embargo, es en las últimas dos horas, al explorar el futuro incierto de miles de evacuados y los errores de ingeniería detrás de la ruptura de los diques, donde la película realmente brilla.
Es frustrante observar cómo un talentoso actor como Dorff se ve limitado a diálogos monótonos y situaciones tan simples que cualquiera podría parecer incompetente.
Este brillante y brutalmente divertido derribo de la complacencia burguesa, los estereotipos y suposiciones de género y la ilusión golpea en la fragilidad humana de manera tan implacable como cualquier película de Michael Haneke.
Es asombroso cómo se puede disfrutar de la película sin conocer nada sobre hockey. El verdadero enfoque está en la historia de un hombre que persigue su sueño de golpear a otros.
La apasionada insistencia de la película en el recuerdo le confiere un peso moral y metafísico. La creencia del Sr. Guzmán en la memoria eterna es un asombroso acto de fe.
Las interpretaciones están tan bien sincronizadas que despiertan una empatía extraordinaria, una de las más intensas que he experimentado en el cine en tiempos recientes.
'The Armstrong Lie' refuerza la triste verdad que el dicho 'No importa si ganas o pierdes, sino cómo se juega' no aplica para los deportes profesionales. Tal vez nunca lo hizo. Ganar lo es todo.
Las imágenes del concierto transmiten una alegría profunda, una fuerte conexión entre las personas y un sentido de orgullo nacional, lo que sugiere que la música es fundamental para mantener la vitalidad y promover el bienestar espiritual.