Un film sentimental pero apasionante que no tiene ningún problema en tocar nuestras emociones. Transmite una sensación íntima de la vida del pingüino emperador.
Una versión cutremente entretenida de 'Tiburón' con reptiles, ambientada en el corazón de la selva amazónica. La actuación de Jon Voight es más aterradora que cualquiera de las criaturas.
No cae en la cursilería ni en los misticismos extraños gracias a la perspectiva firmemente humana del director. Las actuaciones son tan discretas y espontáneas que parecen sacadas de un documental.
Mary Lambert, que dirigió la original 'Pet Sematary', ha vuelto para la secuela, que, como su precursora, es mucho mejor en efectos especiales que en crear personajes o contar una historia coherente.
Una película de fascinante belleza visual, Dash se presenta como una cineasta sorprendentemente única. Su enfoque creativo y su estilo narrativo distintivo la distinguen en un panorama cinematográfico saturado.
La película, al igual que su tema, se niega a despertar melodrama innecesario. Hay muchos pequeños conflictos y componentes psicológicos, pero lo más cercano a un tema narrativo es el efecto que Andrée tiene sobre la familia Renoir.
Profundamente emotiva, es una película que se aleja del morbo. Su enfoque es claro, austero y equilibrado, apoyado por un guion sólido y actuaciones destacadas.
Una batalla legal sobre la lucha de un propietario de arte no es el tema más apasionante para un drama. Además, el guión no logra desarrollar este conflicto de una manera que resulte cautivadora.
Good es una anémica adaptación a la gran pantalla de la obra de C. P. Taylor. Mortensen es un error de casting y está ineptamente dirigido por Vicente Amorim.
Es el retrato voluptuoso y ardiente de un marginado social, un delincuente negro y homosexual que, al representar sus sueños más llamativos de Hollywood, se reinventó a sí mismo de forma trascendental.
Una obra virtuosa que rivaliza con otras películas del director como 'Nashville' y 'Short Cuts' por cómo conecta magistralmente diferentes personajes y subtramas.
Aunque posee una energía vibrante, carece de la profundidad emocional necesaria para conmover como lo hace 'Nashville' o las mejores escenas de 'Short Cuts'.