La tercera película Astaire-Rogers y una de las mejores, con una superlativa partitura de Irving Berlin, e igualmente superlativas rutinas de Hermes Pan que desatan una clara electricidad sexual entre la pareja.
La atmósfera es oscura y opresiva, los nazis son como gangsters ideológicos y los temas de la lealtad y la traición y la resistencia activa y pasiva funcionan a la perfección. Cuenta con grandes actuaciones.
Los que no estén familiarizados con la vida y obra de Kahlo, la encontrarán enérgica e instructiva, pero la profundidad de personajes y la reflexión sobre el proceso creativo no son partes de su ecuación hagiográfica.
Al concentrarse en la relación frustrante y divertida entre los tres hombres, la película gana en humor pero pierde algo del impulso y la elegancia que distinguía a la original.
Desde el montaje inicial de momentos de la infancia hasta la artificiosa resolución, se trata de una película totalmente trillada. La plomiza dirección y el guion de Hughes no dejan entrever la habilidad que distingue sus mejores trabajos.
Carpenter renuncia a la acción y al terror para ofrecer una historia mediocre de amor y ciencia ficción. No tiene el impulso, la energía y la sorpresa que se asocian al director.
Es parte del atractivo del film que descubramos la verdad al mismo tiempo que Trish y Darius. Un asombroso clímax lo lleva todo a otro nivel, arrojando una luz nueva, de humor negro, a todo el conjunto.
Visualmente impresionante - los paisajes al amanecer y al atardecer son sublimes - y con una seductora banda sonora, su cualidad única reside en su notable honestidad emocional.
Una obra caótica que esquiva la coherencia narrativa en favor de gags rápidos y estupideces autorreferenciales. Casi hay suficiente ingenuidad en las bromas para justificar la ausencia total de trama.