Al concentrarse en la relación frustrante y divertida entre los tres hombres, la película gana en humor pero pierde algo del impulso y la elegancia que distinguía a la original.
Desde el montaje inicial de momentos de la infancia hasta la artificiosa resolución, se trata de una película totalmente trillada. La plomiza dirección y el guion de Hughes no dejan entrever la habilidad que distingue sus mejores trabajos.
Carpenter renuncia a la acción y al terror para ofrecer una historia mediocre de amor y ciencia ficción. No tiene el impulso, la energía y la sorpresa que se asocian al director.
Un estudio del masoquismo masculino y del remordimiento que no es extenso, pero es muy, muy largo: y lamentablemente, está tan vacío como un lago de sal.
Es parte del atractivo del film que descubramos la verdad al mismo tiempo que Trish y Darius. Un asombroso clímax lo lleva todo a otro nivel, arrojando una luz nueva, de humor negro, a todo el conjunto.
Con una estructura más libre que en sus trabajos previos, y manteniendo ese humor sutil junto a una impresionante fotografía, esta película ofrece una historia original y peculiar sobre la aventura americana.
Visualmente impresionante - los paisajes al amanecer y al atardecer son sublimes - y con una seductora banda sonora, su cualidad única reside en su notable honestidad emocional.
Una obra caótica que esquiva la coherencia narrativa en favor de gags rápidos y estupideces autorreferenciales. Casi hay suficiente ingenuidad en las bromas para justificar la ausencia total de trama.
Las interpretaciones son buenas y la dirección es convencionalmente habilidosa pero efectiva. Lo más destacado es el oído que tiene Tanovic para los diálogos y su manejo de la estructura dramática.
La trama es complicada y la duración no se siente adecuada. Disfruta de esta película en el cine, donde la gran pantalla y el sonido te envolverán en una experiencia cálida y mágica.
Los problemas sociales que presenta son sumamente relevantes en la actualidad. Es una película de una elegancia sorprendente, sin importar el ángulo desde el que se analice.