Es una oportunidad para ver a dos actores consumados entrar en una guerra verbal sutil, pero hay bastante tiempo en el que están separados por el teléfono o por la trama y las escenas de acción.
Se trata de una sensacional pieza de cine de género: ágil, convincente, ingeniosa y cínica, describe, con un detalle inquebrantable, el principio del fin del optimismo americano de posguerra.
Una película deliciosamente despreocupada, con algunas bromas satíricas dirigidas a la cultura cinematográfica francesa contemporánea y buenas interpretaciones.
Un film tierno, enérgico y cómico con excelentes actores; pero la crueldad y la complejidad psicológica se han perdido y la tragedia apenas resulta relevante.
Mostow se apoya en efectos visuales impactantes y un diseño de producción impresionante. Sin embargo, su uso de los elementos del género carece de fuerza y profundidad.
Esta adaptación del éxito de Michael Frayn tiene sus puntos altos, pero no logrará satisfacer a quienes se divirtieron a carcajadas con la versión original.
La película presenta varios giros, aunque carece de sorpresas impactantes. Norton entrega una actuación destacada, pero se ve limitado por un entorno que se siente demasiado artificial para resaltar su talento.
La película se mueve entre un romance exagerado y la representación de un hombre perturbado, que resulta ser un personaje intrigante y divertido. Es comprensible que el director haya desautorizado la versión original.
Martin exhibe su típica mezcla de cinismo y un infantilismo desenfrenado, brindando momentos de humor que recuerdan a las payasadas de Jerry Lewis, con movimientos de brazos y piernas que parecen completamente desincronizados.
Habilidosa y entretenida, aunque demasiado larga, logra abordar (de manera poco sutil) algunos problemas éticos importantes. La clase, no obstante, la pone un siempre impresionante Duvall.
El conjunto carece de enfoque temático central, y la extraña obsesión inglesa del mundo de Greene está completamente ausente. Más artesanal que inspirada, se hace notar principalmente por sus sólidas interpretaciones.