No hay muchas cosas buenas que se puedan decir de 'Afternoon Delight', una comedia desagradable que, de repente, en los últimos minutos decide que quiere ser una película seria.
La película atrapa al espectador en sus primeros minutos, pero pronto empieza a desmoronarse, centrándose casi por completo en dos personajes que resultan irritantes y poco interesantes.
Aunque esta secuela dirigida por John Singleton proporciona un recorrido bastante satisfactorio, le falta la frescura auténtica y la cercanía atractiva del original.
Aunque Cronenberg gestiona suficientemente las circunstancias en la primera hora, se desploma en la parte final, presentando secuencias que terminan socavando la moral del espectador.
Una mirada triste y estimulante sobre cómo los precios de las matrículas y los ingentes préstamos a los estudiantes han creado una tormenta perfecta en las universidades americanas.
La segunda película de Alexander Payne muestra un ingenio inteligente y una malicia vigorizante, lo que la hace más atractiva para un público adulto exigente que para aquellos adolescentes en busca de mero entretenimiento.
Reflexiona sobre una gran cantidad de temas de actualidad en la sociedad, lo que la coloca en un lugar exclusivo dentro del cine norteamericano que se está produciendo hoy en día.