Un giro poco sutil y ciertas incoherencias en la historia afectan notablemente la credibilidad de una narrativa que tenía un gran potencial. Un toque adicional de astucia habría beneficiado bastante.
Bean mantiene su habitual monotonía, y las actuaciones son tan solo adecuadas al nivel de la acción. A pesar de contar con elementos admirables, el producto final se siente pesado y poco emocionante.