Vincent Price, como Phibes, realiza una de sus impagables interpretaciones teatrales, y Quarry es un rival adecuadamente despiadado que casi iguala a Phibes en conocimientos y astucia.
A pesar de la interpretación abierta y alerta de Dean, Billy se queda como un testigo opaco de los acontecimientos que se desarrollan en sus narices. La interpretación de Hoffman también es problemática.
Un homenaje amoroso y reflexivo hacia la ciudad natal del propio director al espectador le puede parecer que su sutil enfoque naturalista le quita empuje dramático
Una magnífica producción, combinada con un reparto y una dirección excelentes, hacen de ella una película tan buena (en un sentido profesional) como el material básico permite que sea.
Un melodrama redundante, locuaz, distendido y emotivo. Su mayor logro es la suprema versatilidad dramática de Barbra Streisand, pero Robert Redford tiene poco que hacer con el guion.
Como en la novela de Cain, hay poca simpatía del público hacia los personajes. El guion es conciso y natural, reflejando adecuadamente la esencia de los personajes y los eventos que se desarrollan.
Un romance adulto poco común y dulcemente civilizado. Es atractiva por varios motivos, uno de los más notables es la fantástica interpretación de Anne Bancroft en el papel protagonista.
Como documental sobre el USS Nimitz, 'The Final Countdown' es maravillosa. Como entretenimiento, sin embargo, tiene la sensación de una película televisiva que se desvió hacia la gran pantalla.
Una película alegre, divertida y nostálgica repleta de coloridos personajes, memorable por sus destellos individuales más que por su rol en la historia global.
Es puro melodrama, a pesar de la intención del autor de la novela original, James Jones, de investirla de mayor estatura. Pero la integridad con la que todos sus colaboradores manejan la película la eleva por momentos a la tragedia.