Como en la novela de Cain, hay poca simpatía del público hacia los personajes. El guion es conciso y natural, reflejando adecuadamente la esencia de los personajes y los eventos que se desarrollan.
Un romance adulto poco común y dulcemente civilizado. Es atractiva por varios motivos, uno de los más notables es la fantástica interpretación de Anne Bancroft en el papel protagonista.
Como documental sobre el USS Nimitz, 'The Final Countdown' es maravillosa. Como entretenimiento, sin embargo, tiene la sensación de una película televisiva que se desvió hacia la gran pantalla.
Una película alegre, divertida y nostálgica repleta de coloridos personajes, memorable por sus destellos individuales más que por su rol en la historia global.
Es puro melodrama, a pesar de la intención del autor de la novela original, James Jones, de investirla de mayor estatura. Pero la integridad con la que todos sus colaboradores manejan la película la eleva por momentos a la tragedia.
Una historia consistentemente tonta, ocasionalmente divertida pero sobre todo forzada, de cómo un apacible profesor de Connecticut desencadenó involuntariamente el fiasco de Bahía Cochinos.
Un drama eficazmente montado sobre el impacto humano del cambio de los tiempos en dos familias, con sólidas interpretaciones de Sissy Spacek como un ama de casa blanca y Whoopi Goldberg como su criada.
Taylor se lo pasa en grande intercambiando insultos con Kim Novak. Tony Curtis, Rock Hudson como el marido y director de Taylor, y Geraldine Chaplin ofrecen hábiles interpretaciones secundarias.
Una distracción ligera, pero a menudo muy entretenida, sobre integración, moda para chicas grandes y adolescentes locos por la música en la Baltimore del 62.
El protagonista, Tom Hanks, ofrece algunas bromas como un esnob de clase alta cumpliendo condena en Tailandia. Sin embargo, la premisa inicial que prometía se transforma en un tedio que se alarga demasiado.
Taylor Hackford claramente quiere que sea una gran exploración cinematográfica de la experiencia latina, desafortunadamente, su narrativa inconexa y las irregulares interpretaciones socavan sus aspiraciones.
Una película desgarradora que no se compromete con valores de entretenimiento reconfortantes. Tiene unas interpretaciones fascinantes y un estilo visceral.
John Schlesinger y un reparto excepcional abordan una historia real con motivaciones tan peculiares que podría ser fácilmente ignorada si fuera ficción. Timothy Hutton y Sean Penn ofrecen interpretaciones magistrales.