A pesar de la interpretación abierta y alerta de Dean, Billy se queda como un testigo opaco de los acontecimientos que se desarrollan en sus narices. La interpretación de Hoffman también es problemática.
Un homenaje amoroso y reflexivo hacia la ciudad natal del propio director al espectador le puede parecer que su sutil enfoque naturalista le quita empuje dramático
Una magnífica producción, combinada con un reparto y una dirección excelentes, hacen de ella una película tan buena (en un sentido profesional) como el material básico permite que sea.
Como en la novela de Cain, hay poca simpatía del público hacia los personajes. El guion es conciso y natural, reflejando adecuadamente la esencia de los personajes y los eventos que se desarrollan.
Un romance adulto poco común y dulcemente civilizado. Es atractiva por varios motivos, uno de los más notables es la fantástica interpretación de Anne Bancroft en el papel protagonista.
Como documental sobre el USS Nimitz, 'The Final Countdown' es maravillosa. Como entretenimiento, sin embargo, tiene la sensación de una película televisiva que se desvió hacia la gran pantalla.
Una película alegre, divertida y nostálgica repleta de coloridos personajes, memorable por sus destellos individuales más que por su rol en la historia global.
Es puro melodrama, a pesar de la intención del autor de la novela original, James Jones, de investirla de mayor estatura. Pero la integridad con la que todos sus colaboradores manejan la película la eleva por momentos a la tragedia.
Una historia consistentemente tonta, ocasionalmente divertida pero sobre todo forzada, de cómo un apacible profesor de Connecticut desencadenó involuntariamente el fiasco de Bahía Cochinos.
Un drama eficazmente montado sobre el impacto humano del cambio de los tiempos en dos familias, con sólidas interpretaciones de Sissy Spacek como un ama de casa blanca y Whoopi Goldberg como su criada.
Una historia cautivadora sobre el improbable éxito de un equipo de baloncesto de una escuela secundaria de un pequeño pueblo de Indiana que, paradójicamente, resulta a la vez apasionante y demasiado convencional.
Taylor se lo pasa en grande intercambiando insultos con Kim Novak. Tony Curtis, Rock Hudson como el marido y director de Taylor, y Geraldine Chaplin ofrecen hábiles interpretaciones secundarias.