Es un placer ver a Steadman, Broadbent, Horrocks, Thewlis y al resto, tanto por el vigor de sus actuaciones como por la inmensa satisfacción que parecen sentir al juntar a estos personajes.
Una comedia que no soporta sus conclusiones, por lo que es demasiado esquemática para ser honestamente conmovedora; pero está interpretada con tanta viveza que uno debe responder a su demostración de humanidad, o si no a sus calculadas metáforas.
Una atracción de feria en la que los esqueletos que saltan hacia ti están realmente bien logrados. Todos los actores brillan en sus papeles, pero los cuatro protagonistas, incluido Huston, destacan sobremanera.
Es tan excéntrica, divertida, sorprendente y cautivadora que es difícil creer que no es la primera película de un 'enfant terrible' sino la 33ª de un hombre que tiene más de 70 años.
Aunque el Sr. Chayefsky ha escrito una farsa melodramática muy contemporánea, sus simpatías políticas hunden sus raíces en el liberalismo de hace 20 años.
Esta película, concluida en 1966, dos años antes de que el director presentara su extraordinaria "Memorias del subdesarrollo", combina el cine de autor con una aguda sátira social. Alea demuestra una notable maestría al crear una comedia cuya originalidad y humor absurdo logran mantener el interés del espectador.
Una comedia elegante y seria 'The Family Game' no siempre es fácil de seguir, pero casi siempre es divertida y, desde el primer plano hasta el último, es una aventura visual.
Las tres estrellas son buenos actores, pero no tienen mucho con lo que trabajar. Su mayor desafío es hacer que el público crea que son parientes de sangre.
La película presenta una estética atractiva y cuenta con la maravillosa música de Nat King Cole. Los personajes están bien elaborados y actúan de maneras sorprendentes, pero a pesar de esto, la intensidad emocional tiende a perderse.
Aspira a ser una especie de 'Paradise Lost' basado en 'The Muppets', pero al final sólo logra ser una versión descafeinada del mundo de J.R.R Tolkien. Carece de personalidad y de encanto.
La credibilidad no es siempre fundamental, pero en una película tan carente de originalidad e ingenio como 'Coma', resulta útil encontrar algo en lo que creer. Esto puede ser aún más relevante si el espectador se siente molesto.