Es real. Es una farsa furiosamente grosera y verdaderamente loca que trata a sus personajes lunáticos con una solemnidad que coincide perfectamente con la forma en que se ven a sí mismos.
Como película no narrativa, es notablemente seductora. Las fotografías a color del National Geographic también son impactantes. Constituye un viaje extraño y entretenido.
Es como globos de chicle sin sabor. Las maneras cinéfilas de Mr. Rappaport son tan simples y vacías como los amaneramientos de sus personajes. El resultado es una película que no trata sobre el aburrimiento, pero utiliza ese estado como su entorno.
El hecho es que, aunque admiraba cosas concretas de la película, nunca me reí demasiado y sólo sentí ligeros y lejanos temblores de la alegría que, supongo, sacudió a todos los relacionados con la película durante su producción.
Un drama de motocicletas que intenta lucir más ambicioso de lo que realmente es. ¿Cómo se espera que creamos eso de 'Un hombre fue a buscar los Estados Unidos y no pudo encontrarlos en ninguna parte'? Atractiva visualmente, pero en un nivel inferior.
En lugar del impulso narrativo, se basa en el ímpetu creado por su espectáculo visual, su prodigalidad de ideas, su ingenio y su entusiasmo por el lunático negocio de hacer películas.
Es como estar en un crucero a ninguna parte, a bordo de un barco con un servicio decente. Todo está tan cuidadosamente programado que no hay sorpresas ni descubrimientos.
Es todo lo hueco que puede ser un producto sin llegar a crear un vacío. No hace nada por mejorar la reputación de las personas que están implicadas en ella, incluyendo a Hanks.