No es mucho peor que las dos anteriores, pero los gags flaquean rápidamente y las charlas son tan frenéticas que los diálogos se solapan y se entiende menos de lo esperado.
Probablemente sea lo mejor que se ha hecho en el cine. Toma decisiones inteligentes y está interpretada de manera hermosa y grandiosa. Sin embargo, le falta algo.
'The Neverending Story' es una fantasía infantil carente de gracia y humor, que mezcla actores reales con criaturas animadas en un mundo predominantemente imaginario.
Con mucha menos moral que 'Animal House' y sólo dos personajes de algún interés, se revela como un grito de conformismo desafinado y ruidoso. Es una oveja con piel de lobo.
Sospecho que la película será una especie de sentada larga e ininterrumpida para los propios niños a los que va dirigida, y una sentada aún más larga para los padres y tutores.
Es tan directa, inflexible y carente de crítica como los dos trabajos previos de Van Sant, pero su enfoque es más amplio y sus aspiraciones, más atrevidas.
Aunque no alcanza la intensidad dramática de 'American Buffalo' o 'Glengarry Glen Ross', el guion representa el debut de Mamet en la pantalla, y la dirección resalta cada uno de sus giros.