Las actuaciones son destacadas y la atmósfera es visualmente impactante y llena de tensión, lo que ayuda a mitigar la falta de originalidad en la trama.
Su vena simpática se mantiene a lo largo de la obra, lo que tiene sus pros y contras: la comedia es efectiva, pero las risas sombrías no alcanzan la profundidad esperada, considerando el tema central.
Conmovedora y saturada de cierto tipo de comprensión moral, no es una película fácil de ver, pero aun así merece la pena verla sólo por la hipnotizante interpretación de Brando.
Cargada de ambición e ideas, esta subversiva comedia romántica de Julian Kemp se empantana por las salvajes fluctuaciones en su tono y en sus diferentes actuaciones.