Poster de Los dioses deben estar locos

Críticas Los dioses deben estar locos (1980)

Una botella de cristal de Coca-Cola llega a manos de una tribu africana, la cual la adopta con alegría, creyendo que es un presente de los dioses. Sin embargo, la botella pronto provoca conflictos entre ellos, lo que les lleva a decidir deshacerse de este objeto no deseado. Xixo, un miembro de la tribu, emprende un viaje a través de la sabana para arrojar la botella al abismo. En paralelo, Andrew Steyn, un biólogo local, busca ganar el corazón de Kate, una profesora en Bostwana, mientras ambos se enfrentan a las tensiones políticas de la región y las adversidades del desierto del Kalahari.

Variety Staff Variety

Sus principales virtudes son sus impactantes imágenes en pantalla panorámica de lugares insólitos, y el gran valor educativo de su narración.

Roger Ebert rogerebert.com

Puede ser fácil hacer una farsa sobre sucesos disparatados en el desierto, pero es mucho más difícil crear una interacción divertida entre la naturaleza y la naturaleza humana. Esta película es un pequeño tesoro.

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