Poster de No hay amor perdido

Críticas No hay amor perdido (2023)

A los veinte años, Etienne se enamora de Valérie, y poco después, se convierte en padre de Rosa. Cuando Valérie los abandona, Etienne opta por no dejarse vencer por la tristeza y se dedica a construir una vida plena con su hija. Dieciséis años más tarde, a punto de que Rosa inicie su vida universitaria, un reportaje revela a Valérie. El pasado regresa con fuerza, empujando a padre e hija a un último y tumultuoso viaje juntos.

Diego Lerer MicropsiaCine.com

Es una historia intrincada que alterna entre situaciones severas y escenas tiernas. Sin embargo, bajo el enfoque de Le Duc, se transforma en un relato peculiar, combinando elementos extravagantes con toques emotivos más tradicionales.

Oti Rodríguez Marchante Diario ABC

El tono y los diálogos cargados de ironía y sutilezas, junto con situaciones extravagantes, permiten que la historia se sumerja en lo emocional sin parecer forzada.

Salvador Llopart Diario La Vanguardia

Le Duc aborda de manera única la compleja relación entre un padre y su hija, presentando el tema con una ligereza que no carece de profundidad. Su enfoque se inclina más hacia una poesía visual que hacia una crítica social.

Philipp Engel Diario La Vanguardia

Tierna fábula pop que significa la revelación de Erwan Le Duc. Su estilo vitalista y fresco se consolida en esta nueva comedia que nunca deja de conmovernos.

Fionnuala Halligan Screendaily

Un ejercicio de escritura masculina, dirigido y protagonizado en un territorio cinematográfico tradicionalmente femenino que la hace más fascinante conceptualmente que lo que lo es en pantalla.

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