La producción, ambientación e interpretación es muy competente, aunque se resuelva de modo «peliculero» y melodramatice algunos de sus personajes y situaciones.
Este documental destaca la incomodidad de Saura consigo mismo, lo que resulta curioso y a la vez entrañable. Refleja no solo su esencia personal, sino también la conexión con su familia y la complejidad de su obra.
La afirmación y reivindicación femenina adecúa su temperatura a lo melodramático, a lo romántico, a lo gótico y a lo estrambótico, con un buen acabado visual y un cítrico zumo de pasiones y emociones.
La historia de esta batalla es fascinante, aunque no tanto como esos dos personajes, y el director intenta contar los hechos con narrativa clara y ordenada, a pesar de lo cual no puede evitar que las ideas (...) se empastelen (…) Puntuación: ★★★ (sobre 5)
Mladenovic logra crear un retrato áspero y sombrío solo con el uso de la cámara. Aunque la trama resulta confusa, las imágenes tienen la fuerza suficiente como para provocar la necesidad de disfrutar de un par de cervezas.
A Doillon le puede el texto, la necesidad de convertir a su personaje en un ser a la vez silencioso y parlanchín. La sensación es de que aporta poco y no importa mucho más.
Se entra a la película con la esperanza de un rastreo, un contacto con el genio, pero se sale de ella con la fe de un doble e inesperado gran encuentro, con la tecla de un músico inmortal y con la de un joven cineasta que llega en tromba.
Una especie de "thriller" en el que la política, los medios de comunicación y los derechos civiles se manosean como en el cuarto oscuro de un sex-shop. Destaca la excelente interpretación de Daniel Brühl, como siempre.
El trabajo de Figueres y su colaboradora en el guión es documentalmente impresionante, y nos muestran el puño y letra de una época terrible. Una huella digital admirable en la memoria de su época.
Visualmente es imbatible. La mirada del personaje es directa y algo taciturna, lo que permite una profunda conexión con su interior. Se trata de una película extensa que se experimenta como si fuera breve.
Paz Vega encarna el papel de Teresa de Ávila con gran autenticidad. Los diálogos están meticulosamente elaborados y, en varios momentos, la escritura original de Teresa realza la profundidad de la película.
Doria intenta abarcar una gran cantidad de elementos en su narración. Un enfoque que incluya menos detalles y más sugerencias podría haber elevado la obra de manera significativa.