Críticas En la alcoba del sultán (2024)

Rebollo deslumbra con la historia reinventada de Gabriel Veyre. Un auténtico prodigio que se dedica a la noble tarea de devolver a la pantalla la virtud del misterio y la belleza de lo inesperado.

Rebollo regresa con una celebración del goce de contar historias en cualquier formato y situación. Esta es la única postura vital posible, ya que, como se repite en el filme, "la tristeza es inútil".

Más que una carta, un libro de texto de amor al séptimo arte. Formalmente exquisita y portentosa, es una rareza como ya pocas quedan. Su gusto y su músculo neoclásico bien valen la atención del espectador.

No es un biopic, ni un film de aventuras exóticas, ni una crónica sobre la llegada del cine al norte de África. Es todo eso y mucho más. Es una película inabarcable y un puro despropósito, que enseña a disfrutar de lo imposible.