Críticas BigBug (2022)

Jean-Pierre Jeunet revela los riesgos de una libertad creativa desmedida. Esta producción de Netflix está repleta de ideas, pero carece por completo de la necesaria disciplina.

Una comedia que presenta altibajos. Jeunet muestra un mayor interés en los elementos que en los personajes, a quienes pinta como simples arquetipos.

La peculiar película 'Bigbug' resulta ser un alocado viaje, que puede ser visto como algo negativo. Su rareza deja una impresión que no es del todo positiva.

Su mundo vibrante y caótico permanece en la memoria una vez que terminan los créditos. Atrapado en la botella, observa desde su interior; todo se presenta distorsionado y más grandioso que la realidad, aunque sigue siendo un poco familiar.

El futuro es toda una broma para Jeunet, y esa apasionante premisa pierde fuelle ante un guion tan exigente. Huele a robopocalipsis, pero 'Bigbug' es tan dispersa que incluso esta amenaza se vuelve tediosa.

La creatividad de Jeunet se ve afectada en esta obra. Más que ser audaz, resulta confusa, y no logra cumplir con su capacidad para abordar la crítica social o para crear un mundo surrealista impactante.

Puede que no sea el mejor largometraje de Jeunet, pero este es un intento de un verdadero autor que no se quiere ir, sin antes rebelarse contra el sistema.