Críticas Machete Kills (2013)

La película de Robert Rodriguez, al no tomarse tan en serio, se disfruta más que cualquier otra que sí lo hace.

El atractivo concepto de la serie se ve eclipsado por una trama episódica y carente de inspiración, así como por interpretaciones que resultan mediocres.

Violenta, tonta, vergonzosa, torpe y confusa. Atrae a un público juvenil y, en ocasiones, resulta ofensiva. Sin embargo, hay momentos en los que logra ser un poco divertida.

Machete Kills resulta más aburrida que interesante. Aunque la secuela de Robert Rodriguez mantiene el estilo cutre y la violencia propia de la original de 2010, el nivel de caos se transforma en monotonía.

Una premisa ideal para mostrar los divertidos e ingeniosos excesos que caracterizan al responsable de 'Sin City'. Sin embargo, estos elementos se van diluyendo a medida que avanza la película, terminando en una parodia simplista.

Con el correr de sus 107 minutos, la efectividad de esta secuela se desmorona. La acumulación de caprichos, homenajes evidentes y situaciones extremas no logra funcionar siquiera en un nivel de "placer culpable".

La fórmula que tan bien funcionó en la 'Machete' original pierde algo de consistencia en su segundo tramo.

No es que el film sea malo, porque si bien entretiene y en algunos tramos es francamente ingenioso, en conjunto no pasa de ser un disparate simpático.

Por desparejo que pueda ser, esto es un auténtico film de culto.