Críticas El show de Truman (1998)

Las ideas que subyacen en el trasfondo de esta obra la convierten en algo más que un simple entretenimiento. Es una reflexión sobre los nuevos valores que la tecnología trae implícitos para la humanidad.

Algunas veces, aunque no con la suficiente frecuencia, una película de Hollywood logra persuadir a los espectadores de que reflexionen sobre el mundo en el que viven y de cómo éso les afecta en su vida personal.

Es a la vez sátira, comedia y fantasía sobre el futuro de la TV y de cómo la gente se verá atrapada en las redes de la omnipresente tecnología.

Una de esas películas que se queda en la memoria durante mucho tiempo, y de las pocas que son capaces de cambiar nuestra forma de entender la vida y el mundo.

Siniestra y cautivadora. Carrey interpreta a Truman como un héroe postmoderno al estilo de Capra.

Una de las películas más inteligentes y originales que se recuerdan. Se las ingenia para ser tan adorable como provocativa.

La impetuosa interpretación de Jim Carrey como Truman otorga a su carrera nuevas dimensiones, pero la auténtica estrella de esta película es su premisa.

Encuentra un equilibrio casi milagroso entre la comedia y la inteligencia gracias al guion de Niccol y a la pródiga capacidad inventiva de Peter Weir, también director de 'Dead Poets Society'.

Desconcertante y perturbadora película que se siente como un mazazo monolítico, compacto y vigoroso, logrando una gran eficacia en su narrativa.