Críticas Monstruo (2018)

Este interesante drama de Sundance mantiene a la audiencia intrigada con su protagonista, interpretado de forma precisa por Kelvin Harrison Jr.

En muchos aspectos, esta historia se presenta como menor y casi mundana, optando por un desenlace que prioriza lo pequeño sobre lo grandioso, pero resulta ser lo suficientemente relevante.

Sabe transmitir el sufrimiento de un protagonista que puede perderlo todo, pero tropieza con sus propios elementos dramáticos.

Los elementos más destacados del film son tan sólidos que, junto a su narración atmosférica y ambigua, contrarrestan las decisiones menos acertadas del director debutante, Mandler.

Está tan bien interpretada que se pueden perdonar los defectos del guion y los aspectos convencionales.

Uno de los mejores aspectos de 'Monstruo' es su cinefilia. En una escena reveladora, el drama retorna al enfoque pluridimensional de Rashomon, recuperando esa intensidad visual y narrativa que caracterizaba el inicio de la película.

Mandler maneja las tensiones en la corte de una forma más efectiva que en otros momentos de la película. La narración se mantiene dentro de un concepto claro y eficiente, aunque en ocasiones resulta un tanto simplista y didáctico.

La ópera prima de Anthony Mandler hace gala de un carácter acomodaticio e igual de dócil que su protagonista.