Críticas Wildcat (2023)

Un retrato raro y poco convencional pero lleno de admiración.

Un trabajo decepcionante

El peculiar estudio de Ethan Hawke arroja luz sobre la vida de Flannery O'Connor de forma ingeniosa.

Un drama evidente y poco acertado que da giros creativos excesivos y falla en la mayoría de las ocasiones.

Una película que hay que ver principalmente por la solidez de las ambiciones que tiene y por el compromiso intectual del argumento.

Una película que estoy deseando volver a ver por su elegancia visual, sus saltos eléctricos entre la vida de una autora y su obra, y la deliciosa y juguetona intensidad de todas las interpretaciones.

Una película mucho más fácil de admirar que de amar. Es difícil no desear que su atrevido planteamiento hubiera desembocado en algo más fácil para el espectador.

Es un enfoque audaz e intrigante que se mete en la piel de la escritura, pero como Hawke opta por enfrentarse, de frente, al racismo que se cuece en los mundos que crea Flannery, puede resultar incómodo de ver.

Uno espera que 'Wildcat' pueda desaparecer para que no tenga que pesar sobre el legado de Hawke

Al rodar las secuencias de ficción con la misma irrealidad onírica que las escenas que muestran la vida real de O'Connor, la película difumina la línea entre ambas hasta hacerla casi inexistente.

A pesar de contar con un sólido reparto, este biopic de Flannery O'Connor no logra captar la prosa de su protagonista.

Una película que no se limita a los acontecimientos de la vida de su protagonista, sino que profundiza en lo que influyó en su obra.