Críticas Buenos vecinos (2017)

H. Gunnar Sigurösson presenta una película que destaca por su tensión evidente, capturada con una frialdad extrema.

Memorablemente mordaz. La comedia negra salvaje se convierte casi de manera imperceptible en una tragedia asombrosa y visceral.

Llena de humor negro y empapada en ironía.

Las primeras escenas son hilarantes. Sigurðsson demuestra un control excepcional sobre nuestras expectativas.

Comedia para quienes no han asistido a una reunión de vecinos, y un drama realista para el resto. Es mordaz, sangrante, cruel y, sobre todo, extremadamente fiel a la realidad.

No es la comedia más refrescante para este verano, pero sí una sórdida historia con alto poder de perturbación que, de algún modo, parece ofrecer una sangrienta y algo morbosa instantánea de los males de Europa.

Vestida con los ropajes de una comedia que nunca provoca una sonrisa, 'Buenos vecinos' es un descenso a los infiernos que desnuda a la sociedad islandesa.