Críticas Mektoub, My Love: Canto uno (2017)

Pese a sus innegables virtudes, la película se ve lastrada por su representación del cuerpo femenino. Kechiche reincide en lo que ya practicó en 'La vida de Adèle'. El director captura como nadie la electricidad del periodo juvenil.

Se estanca en una visión unidimensional de la exaltación hormonal. Cuando la película consigue distanciarse mínimamente de la lascivia exaltada, surgen momentos de interés.

Palma de Ugh. Aunque está bien interpretada y visualmente atractiva, el filme carece de la misma profundidad que sus personajes, cuyas partes del cuerpo están cubiertas en la playa.

Kechiche ha desarrollado una habilidad única para dar profundidad a lo superficial. Sin embargo, hay fallos y repeticiones en la película, lo que hace que Kechiche se conforme con revivir el fantasma de Eric Rohmer.

No tiene la misma empatía ni la conexión humana que 'Blue'. El drama se siente más extenso de lo necesario con sus 186 minutos. Aún así, cuenta con momentos impactantes.

A pesar de su exuberancia, la película en ocasiones se acerca a lo monótono en lo erótico. Espero que la próxima entrega sea más estimulante.

Un material abrasivo y ardiente, casi delirante en su frenética celebración del sexo y la vida. El verano es caluroso, las chicas son hermosas, el sol lo aplasta todo. Y el cine de Kechiche es desnudo, sublime.

Dura tres horas y no pasa nada en particular: cargues, amoríos, decepciones, chismes, baños de mar, fiestas. Las líneas anecdóticas no se cierran, lo que da una sensación de devenir naturalista de la vida.