Críticas The Last Black Man in San Francisco (2019)

Divertida, sincera y dolorosamente agridulce. Es tanto un réquiem por las cosas que perdemos como un recordatorio mordaz de que en realidad nada nos pertenece. Una película difícil de olvidar.

Crea un espacio adorable en el que pasar dos horas, pero no tiene el impulso dramático necesario para que el espectador se interese por un hombre que pasa los días con el skate.

Es un homenaje a la noción de 'hogar' que todos llevamos dentro de nosotros. Una de las mejores películas de lo que va de año.

Un debut extraño y maravilloso

Este ambicioso debut presenta imágenes creativas, diálogos peculiares y mensajes sinceros. La película evoca la visión onírica de las primeras obras de Spike Lee.

Las impresionantes composiciones resaltan la arquitectura emblemática de San Francisco. La delicadeza de la iluminación y los colores añaden una atemporalidad evocadora a la película.

El equipo de la película es tan sólido y la dirección tan buena que es difícil creer que es el primer largometraje de Talbot. Dice muchas cosas sobre la familia.

Sus impresionantes imágenes, sus sólidas actuaciones y sus buenas intenciones luchan contra un tono excesivamente preciosista.

La primera hora es una maravilla de poesía soñadora. En resumen, no hay nada comparable a esta película. Es fundamental apreciarla.

Una de las películas más bellas y originales de 2019. El guion, la música, las actuaciones, la fotografía y el montaje son brillantes.

Una historia conmovedora de amistad y una reflexión emotiva sobre lo que significa encontrar un hogar.

Una mirada poética y enrarecida a un tema sociopolítico muy actual.