Críticas 3 corazones (2014)

Cargada con interpretaciones intensas y la inquietante música de Bruni Coulais, esta tragedia romántica resulta ser más cautivadora que muchos thrillers.

El que pretenda ver la película con las gafas de la verosimilitud, acabará rascándose la oreja demasiadas veces. Pero el que busque un estado de excitación, no sexual sino emocional, puede que termine encontrando la exquisita sensación de la magia del destiempo.

[Jacquot] logra una magistral radiografía de ese sufrimiento al que muta el amor cuando se siente atrapado: la angustia. Extraordinaria.

La obra de Benoît Jacquot ofrece un entusiasmo especial para los aficionados al género, ya que su esencia se despliega en un reflejo fragmentado. Su verdadero valor radica en lo que evoca de otras obras, en particular los brillantes melodramas de François Truffaut.

Esta obra no se adentra en una visión retorcida del amor como lo haría Chabrol, ni se plantea como un juicio severo sobre la vida en la provincia francesa. En cambio, se asemeja más a las profundas y sutiles exploraciones de Olivier Assayas.

Un viaje en donde el que busque un entendimiento lógico puede que no llegue muy lejos, pero el busque un estado de excitación emocional, quizá termine encontrando la exquisita sensación de la magia del destiempo.

Las actuaciones sutiles, llenas de miradas y silencios que reflejan sentimientos ocultos, se complementan admirablemente con una dirección sofisticada y una banda sonora inquietante que emana tragedia y sufrimiento.

Está lejos de ser una película perfecta, ya que algunas resoluciones del guión son forzadas. Sin embargo, es una grata sorpresa en medio de una cartelera llena de blockbusters.

Un elenco impresionante acompaña a una película que juega con las emociones del espectador a través de la intensa pasión y la angustia del protagonista, complementada por la inquietante música de Bruno Coulais.

Crisis de la adultez y un Benoit Poelvoorde que no logra conectar con el tono del personaje.

La última media hora de "3 corazones" es intensa y su cierre es muy acertado, pero no logra compensar los lentos y poco claros primeros dos tercios.

Pese al excelente elenco de actores, 3 corazones no pasa de ser un novelón lacrimógeno que carece de cualquier tipo de complejidad o de una reflexión profunda sobre la dinámica de las relaciones.