Críticas El juego bonito (2024)

Una encantadora historia de segundas oportunidades, de fórmula pero con algunos matices.

Repleta de momentos divertidos e inspiradores, 'The Beautiful Game' es un modelo de película 'agradable' moderna.

Nighy no termina de convencer aquí. Los tópicos son un tanto corrientes.

Se trata de otra admirable incorporación a un subgénero que depende en gran medida del atractivo de su reparto. En este sentido, 'The Beautiful Game' cumple con creces.

Nos gusta cuando la película se aleja del campo de fútbol; la relación entre Mal y Vinny es especialmente tierna. Pero las secuencias de fútbol que dominan el acto final son letalmente aburridas.

Se apoya en su innegable calidez, en la sólida interpretación central de Ward y en el puñado de detalles de la historia que evitan que se convierta en una película de manual.

La película avanza de manera fluida, al igual que muchas comedias británicas. Su humor se fundamenta en la vergüenza ajena, la ironía sutil y un ritmo cómico bien trabajado.

Será difícil no emocionarse con el arco argumental de triunfo sobre la adversidad de la película, en la que las atractivas interpretaciones te arrastrarán junto con el drama de los partidos.

Es una entretenida película, que combina la adrenalina del juego con cuestiones más inspiradoras, y que nos deja con una expresión en el rostro de, sí, satisfacción. No es poco.