Críticas El falsificador de pasaportes (2022)

Se debate constantemente entre los impulsos cómicos y la gravedad de la situación.

Esta película es más bien un retrato de personajes perfectamente detallado sobre un chaval engreído que se convierte en héroe casi por accidente.

Los diálogos son imprecisos y el inicio en media res no resulta efectivo, lo que afecta la película. Sin embargo, logra destacarse al retratar la vida cotidiana durante tiempos de guerra.

Es una obra bastante convencional y de ritmo mortecino. Muestra con convicción lo difícil que debía ser sobrevivir aquellos días: el “Heil Hitler” hasta en la sopa, una sensación constante de peligro.

La labor del protagonista como falsificador permite al filme alejarse de la narrativa convencional del drama hebreo para profundizar en la destreza artística del personaje.

Aunque la película presenta más diálogos que acciones, logra mantener una ligereza que resulta atractiva. A pesar del melodrama, la simpatía de los protagonistas destaca.

Ese optimismo inquebrantable es lo que convierte a 'El falsificador' en una película superficial, por decirlo de alguna manera.

Maggie Peren logra entretener mientras refleja realidades. Su representación de la vida cotidiana bajo el Reich es realmente convincente, y recibió asesoría del propio Schonhaus.