Críticas Mad God (2021)

Se trata de una película que desafía las condiciones de trabajo actuales en la industria cinematográfica. 'Mad God' tiene el potencial de perdurar más que la mayoría de nosotros.

No es una película para ser disfrutada, sino para ser experimentada. Poco a poco, tu mente, al igual que la mía, empezará a frustrarse al tratar de encontrar una trama o un sentido en medio de tanta locura.

La riqueza de los estímulos sensoriales deleita a los ojos y nuestras almas se estremecen por la carnicería y la cruel desesperanza. Un canto de luto intenso, desolador y salvajemente creativo.

La película de Tippett ofrece una experiencia visual que sumerge al espectador en una enigmática aventura apocalíptica, surgiendo de lo más profundo de la imaginación. Es tan inquietante como cautivadora.

Tippett es un virtuoso que ha sido capaz de hacer lo que quería, exactamente lo que pretendía, en el mundo actual del cine donde el arte es tratado como un cordero sacrificado en favor de las ganancias capitalistas.

Una película colosal, demencial, infernal... magistral. Phil Tippett logra, en menos de hora y media, adentrarse en territorios inexplorados. Así, revela el verdadero significado de esta obra: la creación de un arte que solo puede compararse consigo misma.

Es una gran pesadilla visual con un esquema narrativo que se compone de momentos, a menudo desconectados. Sin embargo, en medio de la destreza técnica y la meticulosa artesanía, se revela la certeza de que el cine todavía tiene algo que comunicar.