Críticas Arthur Rambo (2021)

Cantet retrata con una crítica mordaz el ámbito editorial. La empatía del director hacia su protagonista, un personaje cuestionable, resulta confusa. La forma en que se presenta a Karim D y su entorno disminuye la intensidad del film.

Desde hace dos décadas, Laurent Cantet ha estado examinando la realidad que nos envuelve. ‘Arthur Rambo’ es su más reciente logro. Con un guion cuidadosamente elaborado, presenta al público la oportunidad de tomar su propia decisión.

Dibuja colocándose a la distancia justa, sin juzgar a los personajes, pero intentando abarcar todas las explicaciones y puntos de vista posibles hasta trazar un retrato impecable de Twitter.

Cantet pone el dedo en la llaga, pero su película corre el riesgo de quedarse en un territorio intermedio, demasiado ambigua en la representación de su protagonista y sin que quede claro en qué dirección se orienta su discurso.

Laurent Cantet disecciona con su habitual sutileza las diferentes facetas de la identidad a través del tema de las explosiones ofensivas en las redes sociales. Resume a la perfección la naturaleza caótica de la vida actual.

A pesar de que la película aborda ciertos temas de manera superficial y presenta algunas resoluciones algo bruscas y torpes, 'Arthur Rambo' cuenta con una relevancia indiscutible en la actualidad, especialmente en un contexto marcado por el auge del discurso del odio.

El director logra que 'Arthur Rambo' se convierta en su mejor película en mucho tiempo. Esta obra es la más sutil y menos didáctica, y se destaca por ser una de las que mejor examina la lógica voraz de las redes sociales.