Críticas Corpus Christi (2019)

La comprometida interpretación de Bielenia y el sólido estilo narrativo de Komasa nos acaban convenciendo de que los caminos de Dios son inescrutables.

Bielenia profundiza en la psique de su personaje, mostrando su intensa lucha interna. Su carisma cautiva en la pantalla y logra impactar al público.

El físico afilado y la intrigante sonrisa del actor Bartosz Bielenia son fundamentales en esta película. Su actuación emocional destaca en una historia donde la culpa, el perdón y el estigma convergen, brindando una representación compleja y ambigua.

Conviene no perdérsela. La complejidad de su trama y las fuerzas internas que la impulsan demandan una narrativa visual precisa, además de un protagonista que logre transmitir tanto autenticidad como disimulo.

Logra erigirse en una investigación penetrante y nada proselitista sobre las ambigüedades de la fe, la capacidad de una persona dañada para ayudar a otras

La película es una profunda exploración de la dualidad humana, enfocándose en las tensiones entre el odio y la compasión, así como entre la penitencia y la búsqueda de la redención.

La historia de Corpus Christi es real, a pesar de lo que algunos puedan pensar. Lo que causa malestar y invita a la reflexión en el público es la forma en que una comunidad puede ser influenciada por líderes, sin importar si son auténticos o no.

Komasa, al igual que en 'Hater', plantea interrogantes profundos y se atreve a ofrecer soluciones perturbadoras.

Una obra maestra que navega por complicadas cuestiones filosóficas, sagradas y ministeriales. Es un neodrama social al estilo de Ibsen, que se presenta como una fábula moderna, siempre en transformación y profundamente susceptible de cambio.