Críticas Megamind (2010)

Una ingeniosa deconstrucción animada de las películas de superhéroes

Una película familiar entretenida que gana algo de energía gracias a la inteligencia de sus diálogos y a lo bien que se lo pasa Will Ferrell con su personaje.

Lo que le falta a esta estridente animación cómica en 3-D en originalidad, lo compensa en lo visual y en el ingenio de las voces.

Posee un ritmo dinámico pero nunca apresurado, es bien intencionada y su diseño en 3D resulta atractivo.

Esta última animación de Dreamworks, aunque no carece de momentos de brillantez y emoción, es una máquina de ocurrencias trilladas antes que una hazaña de imaginación sustanciosa.

Tom McGrath y los guionistas debutantes Alan J. Schoolcraft y Brent Simons le dan al material cierta profundidad melancólica.

Está bien, hasta cierto punto

Ingenio, adrenalina y una intertextualidad frenética. Puede que la subtrama romántica carezca de chispa, pero aun así logra su objetivo: arquear las cejas del público sin apelar demasiado a su corazón.

El problema radica en estar constantemente un paso detrás de Pixar. Si se hubiera estrenado seis años antes, habría sido considerada una obra maestra; sin embargo, la carga del pasado le resta impacto, dejándola como solo una muy buena película.

Un producto que los niños solo recordarán al revisar el catálogo de juguetes de grandes almacenes.

El filme animado de DreamWorks es original por donde se lo mire, y con más vuelo se transformaría en un clásico.

Los primeros diez o quince minutos del nuevo film de DreamWorks entusiasman, pero con el correr de la trama el efecto “Superman como villano” se va diluyendo. Como corresponde a estos tiempos, hay excelencia técnica y sobreabundancia de gags.

Una pequeña obra maestra que grandes y chicos querrán ver más de una vez.