Críticas Todos me odian (2021)

Un análisis agudo y muy británico de la ansiedad que enfrentan los millennials de clase alta. Podría considerarse un excelente ejemplo para aquellos que sostienen que la comedia y el terror provienen de la misma raíz.

Es inesperadamente conmovedora y polifacética en sus retratos. También es una de las películas más detalladas y memorables del año.

Un retrato divertido de las incomodidades que genera ser consciente de la clase social de uno mismo. La fiesta da exactamente lo que promete y resulta genial.

Gaynord lo orquesta todo con un entramado habilidoso y sofisticado de técnicas y no con la estética estándar de comedia.

La ejecución es efectiva, pero carece de la diversión y la profundidad emocional necesarias para alcanzar el pleno desarrollo de su premisa. A pesar de esto, logra ser entretenida e intrigante.

El guion de Palmer y Stourton es un ejemplo de eficiencia. A veces resulta gracioso; sin embargo, los creadores buscan mayormente que los espectadores experimenten incomodidad.

Está elaborada con meticulosidad y delicadeza. Los actores caminan magistralmente por la línea que separa la diversión ebria de la pesadilla sobria.

Una comedia negra grotesca que es lo suficientemente perturbadora, desconcertante y sorprendente para ser disfrutable.