Poster de Wall Street: El dinero nunca duerme

Críticas Wall Street: El dinero nunca duerme (2010)

  • Estados Unidos
  • Wall Street 2: Money Never Sleeps
  • 131min
  • Secuela.

Secuela de la aclamada película de 1987 "Wall Street", ambientada 20 años después. Tras ser liberado de una larga condena, el astuto magnate financiero Gordon Gekko (Michael Douglas) se siente perdido en un mundo que alguna vez dominó. En su intento por reconstruir la relación con su hija, Gekko se encuentra con Jakob (Shia LaBeouf), su prometido. Juntos planean apoyarse mutuamente: Gordon ayudará a Jakob a vengar la caída de su mentor, mientras que Jakob intentará facilitar la reconciliación entre Gekko y su hija.

Mixtas (9 críticas)

11% críticas positivas. 66% críticas neutrales. 22% críticas negativas.

Roger Ebert rogerebert.com

Resulta una historia entretenida, pero parece más fascinada que furiosa. ¿Está sugiriendo Stone que esta nueva realidad está asimilada y nosotros estamos atrapados en ella?

Nando Salvá Diario El Periódico

Oportunista secuela atiborrada de metáforas risibles. Es imposible tomar la película en serio.

Jordi Costa Diario El País

Lástima que siga las pautas de una suerte de hipotético manual titulado Financial crackdown for dummies y que el cineasta sucumba a algunas de las metáforas visuales más ratoneras.

Salvador Llopart Diario La Vanguardia

Película grandilocuente, nada reflexiva, tiene no obstante la fuerza de Stone, un magnífico contador de historias, así como el impulso de su ingenuidad y su optimismo.

Ricardo Aldarondo Fotogramas

Más preocupado por el lujoso diseño de producción, los guiños al espectador y la necesidad de un nido familiar para Gekko, Oliver Stone se queda en un entretenimiento inofensivo.

Diego Lerer MicropsiaCine.com

El filme cumple su propósito. No suele haber muchas secuelas realizadas un cuarto de siglo después de la original, con el mismo director y protagonista, que logren capturar con precisión el pulso de los tiempos actuales.

Fernando López Diario La Nación

Atrapa la atención aunque no diga nada demasiado nuevo.

Diego Brodersen Diario Página 12

Más allá de la representación del ámbito de las altas finanzas, incluida la crisis de 2008 ocasionada por la burbuja inmobiliaria, es destacable cómo esta extensa segunda parte centra su atención, principalmente, en la relación sentimental de la pareja.

René Martín Diario La Tercera

Lo que redime el asunto es Michael Douglas. Cada vez que aparece hipnotiza y logra una vez más lo imposible: hacernos empatizar con un tipo moralmente repelente, cínico y egoísta. Sin él la cinta podría ser infumable, pero gracias a él se vuelve aceptable.

Diego Batlle OtrosCines.com

El resultado final es más demagógico que incisivo, más políticamente correcto que cínico y despiadado. Aunque revela algunas verdades, la película no consigue superar una mediocridad que, aunque no irrita, tampoco genera un gran entusiasmo.

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