Críticas Le grand chariot (2023)

'La grand chariot' es una película llena de energía. El director, fiel a su estilo, se reinventa al alejarsi de la melancolía característica de la post nouvelle vague.

Una tontería de película que solo gustará a fans y familiares de Philippe Garrel.

Es probable que 'Le grand chariot' no satisfaga a quienes buscan algo más que una introspección sutil y demasiado específica que no logre conectar con el público.

La película presenta una vez más la idea de que el fracaso en la monogamia en Francia no es considerado una tragedia. Sin embargo, no logra profundizar más allá de este cliché recurrente.

Un trabajo mejor, aunque en cierto modo memorable, de un director que ha dejado su huella no sólo en sus propios hijos, sino en una forma de hacer cine que puede desaparecer con él.

Es un film lúdico y sensible, tierno y doloroso, bello y testamentario a la vez.

Esa nobleza de espíritu que enfrentan los personajes en su vida cotidiana es la esencia que abarca toda la película.

Garrel se adhiere a los principios sensoriales que caracterizan su cine claro, explorando una profunda metáfora de sí mismo. El resultado es una obra que destaca por su brillantez y coherencia, reflejando la esencia única de su estilo.