Críticas Maligno (2021)

Toma ingredientes de películas del estilo de Dario Argento, David Cronenberg y Brian De Palma, échalas en una batidora y te harás una idea aproximada de lo que es este trabajo ambicioso, pero mal concebido.

Ojalá hubieran confiado más en la verdadera naturaleza de su premisa y se hubieran inclinado del todo por el lado más espeluznante del terror corporal.

'Malignant' cuenta con emocionantes efectos visuales. Es un festival de miedo increíblemente entretenido que se enfoca en lo absurdo, y hay que agradecer por ello.

'Malignant' es una locura, pero nunca en el mal sentido. Me reí, lloré y en ocasiones me costó distinguir la diferencia.

Tan solo importa dejarse arrastrar camino a un íntimo infierno donde acabamos reconociendo el síndrome de Stendhal que únicamente el género de terror es capaz de provocar.

Una primera mitad tediosa y repetitiva, marcada por el acoso de la criatura protagonista, que carece de contexto. Cuando finalmente se presentan los datos, parece que Wan ha desperdiciado tiempo, pero su trabajo logra recuperarse en la segunda parte.

Si 'El conjuro' se mantenía dentro de los carriles del verosímil interno, con su impronta setentosa y su atmósfera levemente enrarecida, aquí Wan vuela todos por los aires apostando a la fantasía y el gore más crudo y visceral.

'Maligno' no es lo mejor de Wan, definitivamente. Sin embargo, presenta un terror gótico que incorpora elementos de slasher y giallo italiano, influencias que Wan maneja con maestría y que a muchos de nosotros nos cautvan.

'Maligno' demuestra compartir los códigos del espectador de terror avezado, pero también se entrega al objetivo más básico del género: divertir asustando y asustar divirtiendo.

James Wan ha demostrado su talento excepcional para asimilar, combinar y reinventar influencias distintas del cine de horror en la misma película. En esta cinta, el director despliega ese talento con libertad y espíritu de diversión.