Críticas Tres pisos (2021)

Las pocas veces que intenta hacer una especie de crítica social, el resultado roza lo irrisorio. Aun así, su elaboración ofrece ciertos placeres.

Nanni Moretti es un habitual de Cannes, pero esta película ambientada en unos apartamentos de clase media es uno de los peores trabajos de su gran carrera.

Para aquellos que busquen un film que intente una nueva historia o aventuras técnicas, estas historias entrelazadas de tres familias de clase media viviendo en un edificio de Roma será una decepción.

Todo lo que sucede en la película es por los caprichos del guion y esos caprichos son malos.

Es una película tan lucida y emotiva como convencida de que una sociedad justa, equilibrada y decente precisa de individuos menos angustiados, menos ridículos y algo más conscientes de sí y de los otros.

Tiene en su interior alma de folletín. Logra que su estructura, bien hilvanada a través de elipsis y un fuerte elenco coral, mantenga la intriga y la emoción dramática.

Por mi parte, aunque no me entusiasme, he estado dentro de la película de principio a fin. Me conformo con eso.

Del clímax inicial pasamos a un desarrollo relajado pero implacable. Para quien tuviera alguna duda sobre el humanismo de Moretti, aquí se presenta la prueba irrefutable.

El clima es de discreta aunque honda melancolía, con tintes de melodrama. La moraleja difusa parece proponer una mirada amorosa, comprensiva, tolerante y atenta a los múltiples costados de las cuestiones.