Críticas El becario (2015)

La película no es excepcional. Sin embargo, el toro salvaje, interpretado por Robert De Niro, se presenta con un enfoque de humor y emoción, mostrando su capacidad como un auténtico encantador.

Una película amena sobre personas que intentan ser lo mejor que pueden y mantener una convivencia agradable, a pesar de que surjan algunos inconvenientes en el camino. Aunque todo es placentero, esto no constituye una base sólida para un entretenimiento que resulte impactante o emocionante.

Pedir algo de agudeza a una película donde casi no hay representación de personas de color en todo Nueva York, sin mencionar la ausencia de una paloma o de un apartamento en un barrio humilde, resulta probablemente en vano.

El Sr. De Niro se apodera de la película desde el momento en que abre la boca, y se pasa el rato mirando fijamente a la cámara y a ti directamente.

Ni Robert De Niro ni Anne Hathaway pueden rescatar un guión ausente, presentado de forma rudimentaria y con una trama completamente predecible.

Una de esas películas con la cual es imposible enojarse, aun cuando se note en ella una preocupación mayor por provocar efectos sobre el espectador que por la creación de situaciones coherentes con las reglas de su universo ficcional.

En un punto, el rol de De Niro es dueño de todas las respuestas, y un talento con su leyenda se merece una película que le sepa hacer las preguntas adecuadas.

Este film de dirección anodina logra cautivar, no por su mensaje o por lo que establece como norma, sino gracias a la interpretación de los actores, quienes añaden profundidad a la trama y a sus personajes.

Es una excelente comedia dramática, recomendable a público de todo tipo y edades, con uno de los mejores finales que se hayan visto en este tipo de cine.