Críticas Flow, un mundo que salvar (2024)

Cautivadora y maravillosa. Contada enteramente sin diálogos, la historia de un gato que pasa de la soledad a estar con un grupo variopinto de otras especies es algo muy especial.

Una de las películas de animación sobre la naturaleza más innovadoras desde 'Bambi'.

El sentimentalismo se manifiesta de manera desbordante, con una cámara que capta esos instantes que invitan a la reflexión sobre lo que los niños realmente apreciarán.

El viaje del gato inicia con su reflejo en un estanque brillante, estableciendo el núcleo emocional de la trama. Sin embargo, la narrativa del gran pájaro de largas patas resulta particularmente conmovedora, evocando los temas característicos de Miyazaki.

El virtuosismo técnico se combina con el vigor narrativo y la fuerza dramática en una película que atrae a ailurófilos y amantes de los animales de todas las edades.

Una aventura animal entrañable y un poco demasiado bonita

Película instintiva, bella y sutilmente provocadora

La perspectiva de que una comunidad se una para enfrentar los retos venideros en los próximos cuatro años es una idea profundamente gratificante y esencial.

Un triunfo animado de la narración visual profundamente humana.

Si bien reconozco la habilidad en la manipulación emocional, aprecio cómo cada escena angustiosa logra sumergirme por completo en la historia.

Una genial mirada a un mundo en descomposición tocando los grandes temas universales. (...) pequeña gran maravilla (...) el talento rebosa en esta epopeya (...) un festín para los ojos (...) y los corazones (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)

La película destaca por su impactante estética visual, brindando al público una reflexión profunda acerca de la empatía y la vida en comunidad.

Una brillante propuesta llena de aceptación, sacrificio, y lo que menos se esperaría entre tanta fauna: humanidad.

La película alcanza unos niveles de complejidad y belleza visual asombrosos.