Críticas La semilla de la higuera sagrada (2024)

Un thriller que destaca por su destreza y profunda carga emocional, fusiona la energía de una película de acción con la intensidad de un drama intimista.

Rasoulof, dejando de lado la grandilocuencia de sus trabajos previos, presenta un drama que se siente más directo, fusionando las intensidades de un thriller político con la atracción de un documental.

La falta de complejidad en los personajes, en favor de un simbolismo evidente, afecta a la película, haciéndola poco entretenida y carente de profundidad.

Dado que es uno de los principales cronistas de la grave situación de su país, y que su propia vida y seguridad penden de un hilo con cada nueva película, es difícil imaginar ahora a Rasoulof haciendo otra cosa.

La primera parte tiene todos los ingredientes para una buena película. Sin embargo, la metáfora resulta tan evidente que se vuelve absurda, asemejándose a una lección básica de psicoanálisis.

Lo que ocurre alcanza un nivel casi burlesco, pero sigue mostrando una realidad innegable en Irán.

Rasoulof se toma su tiempo, con casi tres horas de relato que a veces pueden resultar repetitivas. Sin embargo, logra transmitir lo esencial de manera elocuente.